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El fútbol sigue siendo un ámbito machista , aunque cada vez es más normal ver los grupos de amigas jugando un picadito, o ver a mujeres siendo árbitros, o escuchar voces femeninas en las transmisiones. Pero todavía quedan barreras por romper. Ésas que la SAFG (Selección Argentina de Futbolistas Gays), quienes conformaron una ONG y participan de diferentes actividades que luchan por la inclusión y la diversidad sexual, busca derribar.
Claro, en el medio de la lucha por la no discriminación, se formó un grupo de amigos y un equipo que pelea casi todos los campeonatos que juega. Incluso, a mitad de año lograron la medalla dorada en los Juegos Olímpicos LGBT disputados en Estados Unidos, la competencia más importante a nivel mundial; mientras que a principios de mes ganaron el Torneo Nacional por la Inclusión, disputado en Villa Mercedes, San Luis.
“Tenemos técnico, agente de prensa, entrenamos dos veces por semana y jugamos torneos nacionales e internacionales de 5 y 11”, cuenta Cristian Pare, delantero y uno de los integrantes más antiguos del equipo, que además organiza la Superliga por la Inclusión en el Fútbol.
Joaquín García es también atacante, y, si bien se sumó al team hace poco más de un año, no es gay. “El mismo técnico de ellos me dirigía a mí en otro equipo. Hicimos un amistoso y se puso picante, casi terminamos a las piñas. Así los conocí, je. Me convocaron a sumarme y la primera vez que fui me recibieron bárbaro. obviamente uno va con ciertos prejuicios, pensaba en el momento de bañarme en el vestuario, pero nada que ver. A mí no me jode lo que pueden llegar a pensar y por suerte en mi casa el tema de la sexualidad nunca fue un problema”, relata. Cristian explica que justamente la idea es que no sea sólo para gays sino todo lo contrario: “La condición no importa. Es un proyecto inclusivo. Justamente lo que queremos es que el fútbol sume a todos”.
“Juego en muchos equipos y siempre me preguntan cómo es. Encima en mis redes sociales no tengo muchas fotos con mi novia y me etiquetan en los torneos que jugamos, mucha gente con la que hace rato que no hablo debe pensar que soy gay, ja”, dice entre risas Joaquín. Mientras, Cristian se suma a romper mitos: “A la larga, terminan siendo los héteros los que más joden. Como en todo, acá el que se enoja pierde y el que entiende eso se caga de risa. Yo juego en equipos donde son todos héteros y un gay en el grupo cambia la onda, de entrada es un poco tenso, pero eso dura sólo un partido. Después se distiende todo”.
Los dos tienen pasado en Inferiores, Joaquín hizo sólo Infantiles, mientras que Cristian avanzó un poco más en Estudiantes de La Plata. ¿Hay discriminación? “Hay, pero indirectamente. Hay chistes comunes, más en el ambiente del fútbol, y es difícil sacarse ese chip. Incluso para mí. A esta altura son cosas que ya no me molestan, tengo todo asumido, pero por ahí de chico es más difícil, es como que te dan una patada en la nuca”, explica Pare. Y su compañero se suma: “Pasa que es jodido darte cuenta y no decir cosas que son normales, entre comillas, adentro de la cancha”.
Entre risas y sin dar nombres, dicen que en el fútbol de elite hay varios gays. “Hay 8.000 futbolistas profesionales, ¿me vas a decir que son todos héteros?. Pero hay que respetarlos porque está en juego su trabajo. A lo que apuntamos es a intentar romper eso. Le estamos pidiendo a la AFA que nos reconozca como selección y desde ahí tratar de llegar de otra manera. Nos gustaría poder armar un proyecto de diversidad conjuntamente con los clubes”, comenta Cristian.
En agosto del año próximo, la SAFG disputará los Gay Games en París, Francia. Claro, además de jugar, los muchachos se la rebuscan para conseguir los fondos: “Hacemos rifas, eventos, hasta llegamos a hacer un calendario hot”. ¡Acá gay equipo!