Roger-Luc Chayer
Una mañana de octubre de 2012, durante mi primer café, recibí una llamada del Sargento de Armas del Teniente Gobernador de Quebec para decirme que por orden de la Reina, iba a recibir una medalla para recompensar mi carrera. de periodista y músico, tanto en Canadá como en Europa.
De repente, me invitó a que fuera a recibir mi medalla en una ceremonia militar, en presencia de unos familiares y del propio vicegobernador, lo que obviamente acepté.
Durante la ceremonia, como para un evento que despierta muchas emociones, repasé el rumbo de mi vida, diciéndome que había sido bastante atrevida. Dejar a mis padres a los 16, irme a Europa a estudiar solo a los 18, comprar una revista en 2002, dar clases de trompa, tocar en las mejores orquestas y conjuntos de Europa, inmortalizar mis mejores grabaciones en Cds en fin, ese día, me dije. que todavía era un personaje divertido que había tenido éxito en casi todo lo que había hecho. En la escuela y en el conservatorio pasaba lo mismo. Pero en lo que he fallado toda mi vida es en lidiar con el dolor. La pérdida de tantos amigos y de mi amante a causa del sida, hablo de mi buen Pascal Coste de Marsella, me ha dejado un sentimiento que nunca me abandona. Siempre vuelve, todos los años, y es para vengarlos que publico esta revista comercial, así como el cable de noticias LGBT más importante del mundo, ¡o casi!
La tragedia, básicamente, es que con cada descubrimiento que sigue destruyendo o manejando mejor el VIH, una gran tristeza se apodera de mí, seguida de una constante frustración de que los que amaba ya no están allí para beneficiarse de ello, y eso me deja con la un vacío infernal. Por eso es vital y fundamental que la investigación elimine lo antes posible esta mancha del VIH, que se ha cobrado tantas vidas y que ha diezmado a la comunidad gay.
Si finalmente logramos algún día encontrar una vacuna curativa y preventiva efectiva, podremos dejar de revivir nuestros dolores constantemente, es posible que podamos comenzar a pensar en seguir adelante y cerrar el libro de contabilidad de esta otra pandemia.
Hasta entonces, tengo el deber, como siempre, de educar e informar sobre esta enfermedad, a través del Gay Globe Media Group, y espero poder hacerlo con cada vez más eficacia y resultados, hasta ‘la victoria’. ¡Entonces nosotros también podemos tener nuestro Día del Recuerdo!